Work it out Boy {Nahuel.}

Tenía sueño sí, pero lo de Nahuel había sido pecado. Su despertador había sonado horas atrás, y por esa misma razón ella lo había apagado, en aquel isntante solo eran las nueve de la mañana y por nada del mundo quería estar en pie ese sábado.

Pero se había pasado y punto. Ahora estaba corriendo por la calle por que él se había ido sin ella a trabajar. Sí, los dos trabajaban en la cafetería para que su padre les permitiera que él se quedara en casa, aunque ella bien sabía que de no hacerlo tambien le dejaría quedarse, por que en el fondo, le gustaba el muchacho. Sonrío al pensar en él, dejandola dormir por que ella le había dicho medio dormida que tenía sueño, a pesar de que normalmente discutían.

Volvió a recolocarse la chaqueta y finalmente llegó al Jerry's que estaba vació y miró a Nahuel: - ¿Por que no me has despertado?- dijo reprendiendole, con una mirada para nada dulce.

Siete y media de la mañana y el despertador había sonado, ante lo que Nahuel se había levantado inmediatamente, escuchando cómo el de Nessie también sonaba unas cuantas habitaciones más allá, y los golpes que daba sobre la mesa de noche para apagarlo. En unos segundos estuvo frente a su puerta, tocando y entreabriéndola para preguntarle si quería usar la ducha primero, ante lo cual obtuvo una respuesta ahogada por las sábanas diciendo que tenía sueño, así que lo tomó como señal de bañarse primero él, para lo que no se demoró mucho, yendo luego a tocar nuevamente la puerta de la chica, esta vez sin obtener respuesta, así que terminó yéndose, dejándola dormir, pensando en una excusa que entregar en la cafetería por su ausencia.

Sin embargo, no hubo nada que excusar, pues el local estuvo prácticamente desocupado, sin tener nada que hacer, por lo que se sentó en la barra a hacer un crucigrama hasta que escuchó la puerta abrirse, entrando la chica.

-Toqué a tu puerta, creo que eso vale, ¿no?- le respondió con una media sonrisa.

Y el asqueroso le sonreía, desde el mostrador, haciendo un crucigrama. Colgó su chaqueta, entrando a lo que pertenecía a la parte del bar que los clientes no solían frecuentar a no ser que necesitaran algu muy especial, tras la barra
- Serás... ¡Claro que no vale! Tenía que venir a trabajar y tu me dejas dormir. Te odio N- dijo sacandole la lengua y colocandose aquel horrible gorrito de camarera, apoyandose en la barra y mirando al frente para estar atenta por si algun cliente aparecía.

De reojo, le miró a él, entretenido en su crucigrama, con su pelo revuelto y aquellos ojos oscuros... ¿Qué era lo que lo diferenciaba de cualquier otro? Sí, claro, el era Nahuel, un híbrido y al único al que consideraba como un primo lejano o algo así...
¿En serio solo eso?

off: mi padre acosa otra vez. Mañana vuelvo ;D

La perdió de vista por un momento mientras ella se retiraba a dejar su chaqueta en el otro ambiente del local, para después seguir la trayectoria de la chica con el sentido del oído, por sus pasos y el sonido de su pulso hasta que volvió a estar en su campo visual.

-Ya lo sé, no necesitas recordármelo- le respondió el chico, ahogando un suspiro en una sonrisa y volviendo la mirada a su crucigrama para evitar mirarla. Sabía ser mesurado con sus respuestas y sus sentimientos; no por nada llevaba más de 150 años de existencia, y si bien a veces, a menudo, la hostilidad de la chica solía llevarse lo peor de él, también podía agachar la cabeza para evitar un enfrentamiento.

Desde que la conocía, que no era hace tanto, había tenido carácter, había sido voluntariosa. Y es que claro, siendo quien era podía asegurarse de tener lo que quisiera.

Suspiró, ¿por que era tan sumamente crédulo? Se subió al mármol y sonrió, arrebatandole el crucigrama y mirandolo bien, frunciendo el ceño y ladeando la cabeza levemente- Pues claro que no te odio, imbécil- dijo lo más cariñosamente posible que podía comportarse con el muchacho de los ojos oscuros- Es solo que siempre lo estropeas todo, con esa apariencia de; todo me resbala- dijo poniendo una voz para imitarle a él, grave, para imitar al tipico machote y estirar del cuello de su camisa, haciendose el macho men- Venga- dijo golpeandole en el hombro- estamos solos no hace falta que seas tan aburrido.

Devolvió su mano al lugar de antes y le dejó el crucigrama cerca, hacer ademán de entrar en la cocina, para mirar que había de comer. Nisiquiera había desayunado ù_u

Fue perfectamente consciente del momento en que ella se subió al mostrador, incluso de los movimientos que usó para ello: las manos sobre el mármol, el impulso, la tensión de sus músculos, el leve giro en el aire... No era que le ocurriese sólo con ella, que sus sentidos estaban agudizados en general, pero de todas maneras Nessie era... especial. No por ser la única híbrida que conocía fuera de su familia, no, sino simplemente por ser ella. Ya había sentido algo al verla por primera vez, algún tipo de conexión diferente, y ahora que había vuelto a verla, tan diferente y a la vez igual...

-¿No me odias? Porque bien podrías engañarme- le respondió con una media sonrisa. -Bueno, tal vez sí debería resbalarme todo, ¿no crees?- le dijo, mirándola directamente. Aquello era principalmente un mecanismo de defensa para evitar que se le acercasen demasiado, aunque con ella lo que quería era totalmente contrario. Negó con la cabeza, guardándose esos pensamientos para sí mismo y se levantó detrás de ella. Conociéndola, no habría tomado desayuno antes de venir. -¿Qué se te apetece para desayunar, pequeña princesa?- le dijo, intentando no sonar irónico pero sin conseguirlo.